Sobre la felicidad...

Sobre la felicidad...

 

“Cuando consiga ese trabajo, seré feliz”, “El día que tenga pareja, seré feliz”, “En las vacaciones de verano, seré feliz”,… estas son algunas de las frases que escuchamos o decimos haciendo alusión a que la felicidad es algo que llegará a nuestras vidas cuando un suceso en particular suceda.

 

¿Te ha pasado que llegas a esa meta que tanto deseaste, solo para pensar en que hay otro nuevo objetivo que te va a llevar a la felicidad? Actuamos “como pollos sin cabeza” (esta expresión siempre me ha hecho gracia). En eso se ha convertido nuestra vida de adultos, una constante persecución de objetivos, sin permitirnos siquiera tener claro el para qué del objetivo que vamos persiguiendo.

 

Una definición de felicidad menos conocida y que prefiero, entiende que “Felicidad es vivir una vida rica, plena y llena de sentido”, y eso solo lo podemos lograr enfocándonos en las cosas que realmente nos resultan importantes, las que nos mueven  y nos llenan de vitalidad, a pesar de que podamos encontrar situaciones que nos lleven a emociones desagradables como el miedo, el enfado y la tristeza. En el fondo se trata de una vida completamente vivida, entendiendo que vendrán altas y bajas.

 

Russ Harris en su libro La Trampa de la Felicidad, menciona algunos mitos que existen como que “La felicidad es un estado natural para todos los seres humanos”. Y no es cierto. Aunque culturalmente nos quieran decir que la felicidad es innata, hemos de tener presente que un 30% de los seres humanos tendrán un problema de salud mental a lo largo de sus vidas, y el resto vivirá situaciones que le afectarán a su estado de ánimo (divorcio, paro, accidentes, fallecimientos de seres queridos,…)

 

Otras ideas extendidas por la Psicología Positiva: Magia Simpática, como la denomina Marino Pérez Álvarez, nos arrastra por creencias del tipo “Para ser feliz, debes deshacerte de todos los sentimientos negativos” o “Debes estar preparado para controlar lo que piensas y sientes”, ”Si te esfuerzas, no habrá sueño que se te resista”.... Estas creencias nos llevan a pensar que si tenemos emociones desagradables y pensamientos que nos provocan dolor tenemos que apartarlos. Y como no lo conseguimos, entonces nos criticamos y nos frustramos, y nos vemos como personas débiles e incapaces de seguir la Filosofía Mr. Wonderful…y ¡Uff, esto es agotador!.

 

La consecuencia de habernos creído estas ideas generalizadas en nuestra cultura, y al mismo tiempo tener la imperiosa necesidad de “ser felices”, choca de frente con la manera en la que estamos hechos los seres humanos, y nos hace caer en algunas trampas psicológicas que exageran nuestra percepción de los problemas y nos alejan de una vida plena, en equilibrio y con sentido.

 

Trampas como la rumiación (una excesiva preocupación, darle vueltas a un tema en nuestra mente, sin llegar a ninguna solución y que nos conduce a la angustia) y la evitación (bien de situaciones indeseadas, bien de emociones, pensamientos y sensaciones desagradables), que nos conduce a llevar a cabo estrategias sin sentido que a la larga resultan inútiles y nos alejan del propósito de vivir una vida con sentido.

 

Vivir trae consigo eventos inevitables que nos causarán dolor y emociones percibidas como negativas, pero una vida plena y llena de sentido implica abrazarlas para seguir adelante. Lo que tenemos que aprender es a cómo nos relacionamos con esos pensamientos, sensaciones y emociones dolorosas, sin perder de vista lo que de verdad nos importa.

Dalai Lama dijo “El propósito de la vida es la felicidad”, pero reflexionemos sobre qué tipo de felicidad estamos deseando.

 

 

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Comentarios: 2
  • #1

    María José Agenjo (domingo, 01 diciembre 2019 14:25)

    Hay k enfrentar la vida como venga con la felicidad y lo no tan bueno , todo pasa y todo llega , la felicidad no se planea o yo al menos no

  • #2

    Maria Gomez Silva (domingo, 01 diciembre 2019 22:25)

    Mi madre siempre dice que hay que amar lo que venga, yo intento amarlo porque es lo que nos hace avanzar ... besos